Y no me malinterpretes, sin duda creo que hay un lugar para esa faceta de Dios en nuestras vidas, pero creo que una relación madura, va escalando y transicionando de una faceta a otra. Jesús dijo: "Ya no los llamaré siervos, los llamaré amigos", implicando que los discípulos estaban próximos a entrar a una etapa diferente en la relación donde lo predominante sería una relación de amistad antes que una relación de sumisión patronal. En mi caso, puedo decir ha sido más fácil relacionarme con un Dios que me da órdenes que con un amigo que me da consejos. Es más fácil para mí recibir una instrucción clara que luz verde para equivocarme. Hay varias razones para que esto sea así.
Por un lado, creo que me siento más seguro cuando (así sea por medio de una autoridad o de un profeta), Dios me da una instrucción o me dice lo que debo hacer, que cuando percibo silencio sobre mi siguiente paso y debo actuar sin saber exactamente cuál es "la voluntad de Dios para mi vida".